Media: The Objective – ¿Se debe regular el tabaco igual que el cigarrillo electrónico? Inglaterra y Suecia tienen la clave
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Las próximas semanas serán claves para el Plan Integral del Tabaquismo (PIT). Hasta el próximo 27 de marzo las comunidades autónomas podrán presentar alegaciones. La Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial se reunirá de nuevo para votar el texto y, tras su aprobación, el Plan pasará al Pleno del Consejo en la siguiente reunión, que será el 5 de abril, según ha anunciado el pasado viernes la ministra de Sanidad, Mónica García.
Una de las medidas más polémicas es la que contempla equiparar el cigarrillo electrónico y los nuevos productos al tabaco convencional. «Hay que ser conscientes de las nuevas formas de consumo de nicotina como son los cigarrillos electrónicos (DSLN) y el tabaco calentado. El objetivo de estos productos es intentar hacer un lavado de cara del consumo de nicotina debido a la mayor concienciación por parte de la población sobre los riesgos del tabaco tradicional», se lee en el borrador del texto, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
El texto establece «regular la venta y el consumo de productos relacionados con el tabaco (con y sin nicotina)» y la «ampliación de los espacios sin humo de tabaco y sin aerosoles de cigarrillos electrónicos y productos relacionados en determinados ambientes comunitarios y sociales al aire libre y en ciertos espacios del ámbito privado especialmente aquellos con presencia de menores».
Una medida que ha recibido la aprobación de una parte del sector médico y científico, mientras otra parte asegura que no conseguirá prevenir el inicio de consumo de tabaco y productos relacionados ni fomentará el abandono del tabaquismo, tachándola de «partidista», como ya contó THE OBJECTIVE.
La evidencia científica
Sin embargo, ¿qué dice la evidencia científica? ¿Qué están haciendo países avanzados en políticas tabáquicas como Inglaterra, Suecia o Estados Unidos? Respondiendo a la primera pregunta, el último estudio de Cochrane, la máxima autoridad en revisiones bibliográficas a nivel internacional, tras una revisión de 88 estudios que incluyen a 27.235 adultos fumadores, recoge que los dispositivos de liberación de nicotina inhalados, es decir, los vapeadores y cigarrillos electrónicos, son tan útiles como la farmacología para deshabituación tabáquica. «Existe evidencia de certeza alta de que los cigarrillos electrónicos con nicotina aumentan las tasas de abandono en comparación con el tratamiento de reemplazo de nicotina (TRN), como parches o chicles», señala la publicación electrónica.
«Por cada 100 personas que utilizan cigarrillos electrónicos con nicotina para dejar de fumar, entre ocho y 10 podrían dejar de fumar de forma exitosa, en comparación con solo seis de cada 100 personas que utilizan el tratamiento de reemplazo de nicotina, siete de cada 100 que utilizan cigarrillos electrónicos sin nicotina, o cuatro de cada 100 personas que no reciben apoyo o que solamente reciben apoyo conductual», se desprende del documento, publicado el 8 de enero de 2024.
La revisión también señala que «las personas tienen más probabilidades de dejar de fumar durante al menos seis meses con el uso de los cigarrillos electrónicos con nicotina que con el uso del tratamiento de reemplazo de nicotina (siete estudios; 2.544 personas) o con los cigarrillos electrónicos sin nicotina (seis estudios, 1.613 personas). Los cigarrillos electrónicos con nicotina podrían ayudar a más personas a dejar de fumar en comparación con ningún apoyo o apoyo conductual solo (nueve estudios; 5024 personas)».
¿Qué están haciendo Inglaterra, EEUU y Suecia?
En Inglaterra, donde actualmente hay un 10% de fumadores –frente al 24% de España–, el organismo gubernamental Public Health England viene realizando estudios de verificación científica sobre los cigarrillos electrónicos. En ellos, reconocen aspectos importantes como una reducción de exposición a sustancias dañinas de un 95% en comparación con fumar cigarrillos. Más recientemente, el Servicio de Salud Pública Británica, en su campaña anual de hábitos saludables ‘Kickstart your health’, donde se aborda la cesación tabáquica de manera destacada, se apoya en el uso de alternativas como el cigarrillo electrónico como herramienta para conseguir dejar atrás el cigarrillo.
«La evidencia muestra que los vaporizadores de nicotina son en realidad más efectivos que las terapias de reemplazo de nicotina, como parches o chicles. Algunas personas encuentran que vapear les ayuda porque la acción de llevarse la mano a la boca es como fumar, además se obtienen sensaciones similares, como un ‘golpe en la garganta’», se lee en el texto, donde menciona algunos de los mitos más comunes sobre el vapeo y su realidad basada en pruebas y datos científicos, como que vapear es tan perjudicial como fumar o que el vapeo no ayuda a dejar de fumar.
No obstante, el Servicio de Salud Pública Británica en su campaña ‘Kickstart your health’, señala que «el vapeo no es totalmente inocuo. Sólo lo recomendamos a los fumadores adultos, como ayuda para dejar de fumar y eliminar este hábito».
Estados Unidos, ya en 2017, se planteó una ambiciosa hoja de ruta con el objetivo de reducir la prevalencia de enfermedades ligadas al hábito de fumar en los años sucesivos, con un foco especial en la protección del menor y en la necesidad de apoyarse en alternativas libres de humo para conseguir rebajar la incidencia de fumadores. En 2022, el número de fumadores cayó a un nuevo mínimo histórico, con uno de cada nueve adultos que dijeron ser fumadores (en torno a un 11%), según un sondeo del Gobierno.
En marzo de 2022, la FDA, tras un análisis de varios estudios, señaló en una nota de prensa que el tabaco calentado «reduce significativamente la producción de sustancias químicas nocivas y potencialmente nocivas»: «Los estudios científicos han demostrado que cambiar completamente de los cigarrillos convencionales al sistema [de tabaco calentado] reduce significativamente la exposición del cuerpo a sustancias químicas dañinas o potencialmente dañinas».
Suecia, caso de éxito
Suecia es el país de Europa con menos consumo de tabaco (5,6%) y cáncer de pulmón (17,7 casos por 100.000 habitantes. España registra 29 casos por cada 100.000 habitantes). Según la OMS, un país libre de humo es cuando la tasa de fumadores está por debajo del 5%. De esta forma, previsiblemente, Suecia se convierta este año en el primer país libre de humo gracias al uso de los nuevos productos de deshabituación tabáquica y, sobre todo, de un producto muy tradicional del país escandinavo, el snus, un tabaco oral sin combustión prohibido en la Unión Europea desde 1992, pero Suecia negoció una exención cuando se unió al bloque tres años después.
Así, en los últimos 15 años, Suecia ha reducido sus tasas de tabaquismo del 15% en 2008 al 5,6% hoy en día, según la Smoke Free Sweden. La tasa media de tabaquismo de la UE se sitúa actualmente en un 23%. Además, la incidencia del cáncer es un 41% inferior que en el resto de sus homólogos europeos, lo que equivale a un 38% menos en la cifra total de muertes por cáncer. «La experiencia sueca de derrotar al tabaquismo y obtener los beneficios asociados, al reducir la mortalidad y la morbilidad por este problema, demuestra de manera concluyente que el secreto mejor guardado en el control del tabaco es hacer que los productos alternativos menos nocivos sean accesibles, aceptables y asequibles», concluyen los expertos en salud internacional de la Smoke Free Sweden.